Todas las biografías que he leido de ilustradores tienen algo en común : “De chiquito me gustaba ilustrar” , “De pequeña pintaba todo” , “Dibujo desde siempre” , y muchas otras frases en la que invocan a ese pequeño, esa pequeña que dibujaba desde que tenía uso de razón.
Cómo me hacia sentir ilustrar
En mi caso no recuerdo desde que momento pero hay algo que sí y es cómo me hacía sentir dibujar: Me hacía muy contenta, feliz, creadora de otras realidades. Y quizás suene bizarro si se puede decir pero es un sentimiento compartido cómo cualquier otra pasión que un ser puede tener independientemente de cuál sea.
Aunque tengo recuerdos vagos de alguna pequeña Flavia cómo, por ejemplo, haber dibujado una historieta de las Chicas Super Poderosas de un tamaño más pequeño que un A6 ( 10 x 15 cm) en hojas rayadas. Recuerdo también hacerle cartas a mi mamá y graficarle lo que escribía; en la escolaridad la materia que más me gustaba era Dibujo (además de inglés). Sin contar que durante esa escolaridad muchos de mis maestros y profesores han sido de escuelas de Bellas Artes cuya pasión transmitían de manera gratificante y creo que todo eso, en muchas o pocas cantidades, alimentó esa pequeña biografía de cómo es que hoy en día me dedique a la ilustración.
«Me es imposible pensarme sola en los inicios de ilustración»
Asi que cuando me hacen la pregunta de mis inicios es imposible pensarme sola con el “dibujo desde” porque se me cruzan muchísimas personas cómo ex compañeros, ex compañeras, colegas, maestras, profesores, artistas, seres que desde muy chica, sin contar las que conozco día a día en el presente, han sido más mis inicios que quizás los de ellos mismos y me encanta pensarlo así porque siento que soy, en parte, el sueño de muchos y el anhelo de otros. Pero no soy porque ellos no han sido sino que soy porque en mis inicios fui acompañada durante el proceso y su desarrollo por personas increíbles, cuya pasión compartida en común elegí y decidí convertirla en mi profesión. Con todos sus pro pero más contras que me han advertido. Pero ahora que lo pienso mejor si alguien me preguntara “¿Cuáles fueron tus inicios en la ilustración?” respondería “Hoy” porque realmente es una decisión que tomo todos los días, aunque a veces tenga miedo.
¿Por qué ilustración?
Y la respuesta a la pregunta “¿Por qué ilustración?” es simple: Elijo esta profesión porque me hace sentir cómo esa persona que se va a jugar a la pelota los fines de semana; cómo quién escribe poesía desde su alma; cómo quién ayuda sin pedir nada a cambio; cómo quien hace su meditación todas las mañanas, quienes aún con la cotidianidad siguen realizando aquello que les da placer, que les gusta. Ilustrar me permite conectar con los proyectos y con quienes están detrás de ellos, conocer sus sueños y sus historias. Sus seres. Además me hace conectar conmigo, con lo que quiero y deja oír mi interior.
En el libro “Ser Ilustrador” del íncreible Felix Scheinberger, un ilustrador francés, leí : “No se puede aprender la pasión por dibujar”. Y efectivamente así lo creo.
